Rinoplastia
La rinoplastia es probablemente la cirugía del área de cabeza y cuello más difícil. No es difícil porque la anatomía sea extraordinariamente complicada. Tampoco porque se trate de una zona anatómica muy peligrosa, con grandes arterias y nervios vitales de imprececible curso. No porque la cirugía comporte una recuperación tormentosa, con dolor, e incapacidad durante semanas. Ni por la posibilidad de complicaciones que pongan en peligro la vida.
"la cirugía de la nariz es la más compleja de las intervenciones que se llevan a cabo en el territorio de la cabeza y el cuello"
Nada de eso. La nariz es un área anatómica relativamente sencilla, al menos en comparación con otras áreas anatómicas (la órbita, la base del cráneo, la pared lateral de la faringe, el cuello) a las que los cirujanos maxilofaciales estamos acostumbrados.
Se trata de una cirugía difícil porque el ojo humano se detiene en particular sobre el triángulo formado por los ojos y la boca cuando evalúa una cara. Y en medio está la nariz. Así que el ser humano es capaz de captar los más pequeños matices en la forma, el brillo, el color, el tamaño o la simetría de la nariz, mucho mejor de lo que es capaz respecto a otras estructuras.
"el ser humano está especialmente condicionado para prestar atención al triángulo formado por los ojos y la boca, en cuyo centro está la nariz"
Por tanto la más mínima imperfección en la forma, tamaño o simetría resulta muy evidente. Desviaciones de 1-2 milímetros pueden comprometer un resultado quirúrgico de un modo imposible de ocultar. No hay (excepto en la cirugía que se lleva a cabo con microscopio, la microcirugía) cirugía tan demandante en cuanto a precisión.
Por suerte, la cirugía de la nariz lleva practicándose desde hace casi 100 años con propósito estético, y los conceptos, principos y técnicas han evolucionado muchísimo. Con una buena técnica se consigue un resultado excelente y, muy importante, se logra una nariz "que no parezca operada". Los estigmas de la cirugía nasal, tan frecuentes en el pasado, son, con las técnicas actuales, cada vez menos frecuentes.
"con las técnicas modernas lo habitual es que la intervención sea un completo éxito, y el grado de satisfacción de los pacientes sea casi siempre muy elevado"
En relación con esto, hay dos maneras complementarias de lograr un buen resultado en la cirugía de la nariz: tener mucha experiencia (la cirugía de la nariz no es para cirujanos ocasionales) y tener conocimientos anatómicos, fisiológicos y funcionales amplios. Y finalmente es necesario que el paciente tenga claro previamente a la intervención qué se puede conseguir, qué no se puede conseguir, cuales son los riesgos y cual es el resultado esperable de la cirugía de rinoplastia.
"la comunicación con el paciente debe ser franca y clara, para que quede muy claro lo que el paciente desea y lo que el cirujano puede conseguir"
Sólo una conversación franca entre el paciente y el cirujano, donde el paciente pueda dejar claro qué quiere cambiar y qué no, y donde el cirujano pueda claramente explicar qué puede conseguir y qué no, pueden dejar claro los objetivos y los resultados esperables. Tras años de experiencia, tengo claro que mostrar al paciente fotografías pre y postoperarias de pacientes reales es una forma excelente de comunicación con el paciente. Por otro lado, no encuentro utilidad a los programas informáticos que alteran el perfil de una fotografía: desembocan en expectativas falsas y hacen creer al paciente que la cirugía es una especie de "corta-pega".